Los arrestadores de flama tienen dos aplicaciones: se instalan en tanques de almacenamiento atmosférico a baja presión, para evitar la posible entrada de flamas al interior del tanque, originadas por incendio exterior y para inhibir la propagación de las llamas en sistemas de tuberías de gas, tales como quemadores a cielo abierto o inyección de gas a plantas recuperadoras de vapores.